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Mostrando entradas de diciembre, 2009

Manifiesto del sin quibo

La vida tal vez debería llamarse otra cosa. Tal vez con otro nombre dejaría de oscilar entre el tiempo y las circunstancias. Los hijos somos hijos del tiempo, parientes lejanos de Dios, engendros de la tierra (como la papa) y ocasionales inquilinos de la luna. ¿Pero qué nombre ponerle a la vida sinos?   Vida nos remite sin remedio alguno a vivir, término el cual nos hace levantar de la cama cada día a fin de evitar la muerte, ya sea esta por: asfixia, envenenamiento, aburrimiento, colisión múltiple, infarto del miocardio, hemorragia intestinal masiva por órgano fosforado o proyectil de alto poder destructivo; y si gozamos de peor suerte por ataque alevoso de pitbull o mosaico malamente enjabonado. Lacán decía sabiamente (en un francés muy fluido) que el goce no era otra cosa que el cumplimiento de una satisfacción que no conlleva bienestar. Es decir que la vida es gozar; tal como la salsa. Nadie goza de la vida, sin embargo todos temen –tememos- morir. Todos gozan del gozo y para