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Mostrando entradas de junio, 2011

Postales desde el país que casi existe. Parte I

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I.Cuando empezaba a amanecer allá en el país de los borrachos. Cuando nací, según consta en el almanaque mundial de ese año, Bolivia era el país más pobre de Sudamérica y por lo tanto uno de los más pobres del hemisferio. Más de treinta años después nada ha cambiado y estos indicadores de pobreza, más que vulgares datos estadísticos se convirtieron en un sentimiento nacional, que desde muy temprana edad es asimilado por nosotros los bolivianos y bolivianas, como una discapacidad congénita. Fotografia: Michael Maldonado Seguro que por ese entonces no todos tenían la facilidad de acceder a las cifras que cada año nos endosan todas las agencias de las Naciones Unidas, la Organización Mundial de la salud y otras honestas instituciones que se preocupan de nuestras miserias desde sus modestos despachos Neo Yorquinos Nietzche decía que la única forma en la que las almas miserables pueden rosar la verdad es a través del cinismo, entonces deberíamos decir que más que un mendigo, nuestro p

La contigüidad de la muerte es la suprema gracia que puede esperar el artista….

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Me voy a esforzar mucho para dejar de ser tan procaz y tener que usar frases pre cocidas, refranes, pensamientos y dichos y hechos para decirte lo que siento por ti. Tengo miedo de las cosas que vayas a pensar de mí por culpa de estas líneas miserables. Tengo miedo de que te sientas aliviada se saberte lejos de este tipo al que tanta falta le hace la creatividad y el valor… Tengo que escribirte esto y no es que no sepa por dónde empezar, eso lo sé bien, lo que no sé es por dónde terminar, ni sé dónde acabaré, probablemente en ningún lugar y quién sabe ahí tampoco estés tú. Antes que nada, me gustaría que te veas tal cual, así como yo te veo a ti, con esos defectos tan perfectos para poetas pretenciosos, cursis y frustrados como yo. Robándole una frase a algún incauto podría decirte: que bonita que te ves cuando cierro mis ojos. Aunque te ves igual o mejor cuando los abro y pierdo mi mirada en esos pensamientos que no llevan a nada, ahí donde vives y mueres. Sin querer, perdiéndome

Un hombre demasiado Sincero 2 (La venganza del chorizo)

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La venganza del Chorizo Boliviano. Buehh (toda la vida voy a empezar mis divagaciones usando el buehh...) Todavia me estoy reponiendo de la falsa impresión de la Natalia, la del pantalón a cuadros, por que de puro accidente la he visto en la fila del concierto de "RBD". ¿Que qué hacía yo allí? pues precisamente iba a buscar amigos que iban con sus novias para burlarme de ellos. No es que sea un resentido amargado; no es que por culpa de la L.N (una mina más loca que una cabra) mi vida esté parcialmente destrozada, ne. La depre no es para mi, cuando hay cosas más importantes, como cumplir con el sagrado deber de hacer notar a los otros que son unos sonsos. Buehh... la cosa es que la Natalia estaba en la fila toda alegre con un grupo de pintorescas damitas de sociedad, riendo como opas con unos individuos que parecian los clones de "Rodrigo Zelaya" o sea que eran unos vejetes hechos los changos con sus pelos parados y y su ropa de moda y esa camisa de gays: re apretas

Un hombre demasiado sincero

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El invitado del mes. Si, ahora que se ma han terminado las ideas voy a invitar a gente para que aparezca en mi blog. Este Mes: CIUDAD AMEBA Un proyecto fallido de un hombre fallido. Se reactiva y vuelve. Ciudad Ameba, ex alumno y hoy próspero psicólogo regala su blog. EL QUE SOY Por Ciudad Ameba Bueno. Un individuo que nos da clases de pandillas en la universidad y que no le gusta que le digan licenciado me ha sugerido esto de abrir un blog y es más facil de lo que creia. Eso por que yo escribo algunas webadas que tal vez a alguien lea y si no ni modo. A mi lo que me gusta es el chisme interno que algunos llaman introspección y después puedo comunicar estas con otras introspecciones y jugar a entender. Que sé yo. El mundo es demasiado grande. Ahora el punto es que tengo que contar algo, y ya he empezado con una vaina que he escrito pensando en esos engendros que se hacen llamar artistas, que en realidad son unos giles que se las dan de tristes o alegres y no saben que en la vida hay qu